Victoria Villarruel reunió esta mañana a los principales referentes de los bloques en el Senado con dos objetivos claros: impulsar la agenda del oficialismo y correr el foco de la agenda pública del criptogate. Lo logró a medias. Se acordó que mañana, a las 12, se abrirá el recinto para tratar la suspensión de las Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) –con grandes chances de obtener luz verde– y los proyectos en materia de seguridad: la implementación del juicio en ausencia, la reiterancia delictiva y el conocido como “antimafia”, para combatir el crimen organizado. Pero no pudo garantizar, como pretendía el Poder Ejecutivo, que el viernes se discuta el pliego de Ariel Lijo para integrar la Corte Suprema de Justicia.
Todas las iniciativas que compondrán el temario de la sesión de mañana ya cuentan con la media sanción de Diputados y, si el Senado las avala, se convertirían en ley.
El Gobierno presiona a la oposición para avanzar, también, con el nombramiento del juez federal como magistrado de la Corte Suprema, cuyo pliego ya cuenta con dictamen de Comisión. La meta es tratarlo el viernes, pero el oficialismo choca con la resistencia del resto de los bloques. Tras varias idas y vueltas, acordaron patear la definición para mañana, en la antesala de la sesión. Si hay acuerdo, el recinto podría volver a abrirse antes del fin de semana.
El oficialismo apuesta a reunir el quorum para dejar sin efecto las PASO por un año, una iniciativa que, al tratarse de una reforma electoral, requiere el respaldo de una mayoría absoluta: 37 senadores. Para lograrlo, el Gobierno debió reactivar la banca del radical Víctor Zimmermann, quien está de licencia por ocupar un lugar en la administración chaqueña. Su renuncia nunca fue una opción: de hacerlo, su lugar lo ocuparía Alicia Terada, de la Coalición Cívica, alineada con Elisa Carrió, algo que alteraría el delicado equilibrio de fuerzas en la Cámara.
La eliminación de las PASO es el único punto que une a la oposición dialoguista en la agenda de esta semana. El kirchnerismo esquiva definiciones, aunque varios de sus gobernadores ya dieron señales de respaldo. Raúl Jalil, de Catamarca, y Gerardo Zamora, de Santiago del Estero, fueron los primeros en marcar el rumbo. Desde San Juan, el senador Sergio Uñac anticipó la misma postura. Todo indica que el peronismo, una vez más, llegará dividido a la sesión.
Para esquivar las acusaciones de fractura, un dirigente del peronismo provincial ensayó una explicación: las diferencias, dijo, son parte del consenso. “Como el amor libre”, lanzó, con una sonrisa cómplice.
El espacio conducido por el formoseño José Mayans y la bonaerense Juliana Di Tullio terminará de definir su postura en una reunión de bloque prevista para este miércoles por la tarde. Desde la otra vereda, lo mismo harán el radicalismo y Pro. La gran incógnita es si darán quorum para habilitar el debate sobre el pliego del juez federal.
Según pudo saber LA NACION, la candidatura del magistrado pende de un hilo. Pocos están dispuestos a entregarle en bandeja esta designación al oficialismo, muchos menos en medio de la polémica que protagoniza la cúpula del poder por la difusión de $LIBRA: Javier Milei, su hermana Karina Milei y el asesor presidencial, Santiago Caputo.
Si bien el juez federal obtuvo dictamen favorable con el aval de parte del kirchnerismo, por lo bajo algunos de sus referentes advierten que para que aparezcan los votos en el recinto se debe abrir una nueva negociación. Unión por la Patria tiene la llave: si 25 de sus 33 integrantes se plantan, cualquier intento de aprobación se desmorona. Esto sin contar a los dialoguistas que anticiparon que no acompañarán al candidato del oficialismo: la mayoría de Pro, al menos dos radicales y Francisco Paoltroni.
El Gobierno amaga con nombrar a Lijo y al catedrático Manuel García Mansilla por decreto pero es una jugada riesgosa, mucho más para el juez federal, a quien le exigirán la renuncia a su lugar en los tribunales de Comodoro Py. Toda una osadía si se considera que su continuidad en el máximo tribunal dependerá de la voluntad, siempre cambiante, de los senadores.
Participaron de la reunión de labor los libertarios Bartolomé Abdala y Ezequiel Atauche; por Unión por la Patria estuvieron José Mayans y Anabel Fernández Sagasti. La UCR llevó a Eduardo Vischi y Pablo Blanco, mientras que Pro sumó a Alfredo De Angeli y Martín Goerling. También dijeron presente el exoficialista Paoltroni y los “federales”, con Juan Carlos Romero, Beatriz Ávila y Edith Terenzi.
Este jueves tomará juramento la kirchnerista Stefanía Cora, quien debe reemplazar al entrerriano Edgardo Kueider, expulsado del Senado en diciembre último luego de haber sido detenido tratando de ingresar a Paraguay con más de US$200.000 en efectivo sin declarar. Según se informó, la dirigente de La Cámpora, ya presentó su renuncia a la banca que ocupa como diputada provincial, tal como le exigía el oficialismo.
La reunión de labor dejó una última definición: la sesión preparatoria, donde se elegirán las autoridades de la Cámara, será el próximo lunes. Allí se espera que el libertario Bartolomé Abdala vuelva a ser designado como presidente provisional del cuerpo, y tercero en la línea de mando. Abdala presidirá la sesión de mañana y, de confirmarse, la del viernes en tanto la vicepresidenta estará a cargo de la primera magistratura por el viaje de Milei a los Estados Unidos.
El objetivo de Villarruel, tras la tregua sellada con el Presidente, es mantener el mismo esquema de autoridades. El único cambio sería el ingreso del empresario cordobés Emilio Viramonte Olmos en reemplazo de María Laura Izzo en la Secretaría Administrativa.
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