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La Iglesia entra en una nueva era: ahora empieza la revolución del Papa Francisco

Con una monumental ceremonia realizada en la Plaza San Pedro, en la que participaron 50 jefes de Estado, 10 monarcas y más de 130 delegaciones extranjeras, que finalizó con el traslado del féretro del Papa Francisco a la basílica de Santa María la Mayor para su entierro, la Iglesia entró en una nueva era, luego del papado del argentino que muchos consideran “revolucionario”. “Acá, en el Vaticano, en realidad se dice que ahora empieza la revolución Francisco, más allá de todo lo que hizo. Hoy se vio lo que fue su pontificado, cercano a la gente, incluyendo a todos. Esto fue impresionante”, sostuvo Javier Soteras ante Perfil Córdoba, párroco de la Catedral de Córdoba y director de Radio María Argentina.

En ese sentido, sostuvo que la tarea de Francisco fue descomunal, porque “cuando él llegó se desactivó una situación muy compleja ligada al Vaticano. Cuando asume, lo hace en medio del escándalo del Vatileaks, y eso lo pone en un escenario donde se desatan un montón de conflictos internos que afectan a la Iglesia”.

Sin embargo, Soteras destacó la cercanía que caracterizó a Francisco con la gente y particularmente con los jóvenes. “El testimonio más fuerte que he recibido en el último tiempo, antes de su muerte, ha sido de jóvenes vinculados a la comunicación, los streamers que están llegando muy fuerte en un nuevo modo de comunicar, muchos de los cuales lo consideran ‘el uno’. Así le decían. ‘¿Qué se sabe del uno?’. Son chicos agnósticos, no creyentes, lo que habla de una ausencia de liderazgo a nivel global increíble”.

-¿Cuáles son las reformas más significativas que encaró Francisco?
-Lo primero es su perfil y estilo pastoral. El primer papa latinoamericano, el primer jesuita. En la encíclica Fratelli Tutti muestra que la única frontera que debe separar en el mundo global es la necesidad que tiene mi hermano. O sea: ¿cómo trasgredo yo las fronteras propias? Yendo al encuentro del que más me necesita. Todas las demás fronteras deberían estar desdibujadas desde la perspectiva de Francisco. Su mensaje, que fue mucho más en gestos que en palabras, estuvo directamente vinculado a los más postergados, que son hoy los que lo recibieron cuando llegó a Santa María la Mayor: los de la calle, los excluidos, por montones de razones que la sociedad estigmatiza.

Francisco, Argentina y lo que “nos merecemos”

Consultado respecto a si los argentinos “no supimos leer” a Francisco durante su Pontificado, Soteras precisó que “problema que tiene Argentina es pensar que todo comienza y termina en Argentina. Y así estamos, así nos va. Teniendo tal vez al hombre más importante de la historia que dio este país, nos quisimos dar el lujo de ponerlo bajo nuestros pobres criterios, nuestros paradigmas muy frágiles. Ojalá esto sirva para darnos cuenta de que este líder que se fue nos dejó un montonazo de cosas”. En ese sentido, Soteras, amigo personal de Francisco, añadió que “hay que leer lo que Bergoglio escribió respecto a la Argentina, independientemente de quién estaba en el ejercicio de poder, sobre todo en algunos 25 de mayo (para los tédeum). Eso marca un rumbo de qué patria necesitamos”.

En cuanto a la visita a Argentina “que le faltó” al Papa, Soteras fue categórico: “ahora empezamos a llorar porque no viajó. Él me lo compartió personalmente: no lo hizo en su momento porque sabía que podía ser utilizado políticamente por uno y otro sector. Prefirió postergar. Creo que estaban dadas todas las condiciones el año que pasó. Pero por una cuestión de agenda y su salud, no pudo ser. También él me compartió una vez que le dijo a un altísimo funcionario nacional que mientras la Argentina lo invitaba para participar de un encuentro pastoral con su gente, algunos funcionarios de los gobiernos y algunos sectores de los medios de comunicación influyentes hacían todo lo posible para que no llegara”.

Entre el cónclave y los “volantazos”

¿Se puede venir un volantazo de parte del sucesor de Francisco? “No, no. El volantazo ya lo pegó Francisco para el lado al que hay que ir. ¿Vos te referís a un volantazo para ir para atrás por los sectores conservadores? No creo que pase eso, aunque esos sectores son muy influyentes, pero lo que ha hecho este hombre por la Iglesia ha sido muy grande. No hay vuelta atrás, al menos yo no lo creo”, sostuvo.

-A esos sectores conservadores evidentemente no les gustaron las políticas de Francisco. ¿Qué puede pasar en el cónclave?
-Le decía al arzobispo de Córdoba (Ángel Rossi) que éste va a ser un cónclave largo, no va a ser tan sencillo encontrar el lineamiento por dónde ir y es cierto que son fuertes las presiones conservadoras. Hay que trabajar también para que eso no prevalezca y los lineamientos tan claros que Francisco dejó sean los que queden plasmados en el camino que viene.

-La discusión va a ser larga.
-No, acá no se discute, se vota. Y se dialoga, pero desde perspectivas muy distintas, porque hay un sector que se resiste. Al 60% de los cardenales los nombró Francisco, lo que marcaría, en principio, un rumbo. Hay que ver cuánto resisten los cardenales elegidos por él: las presiones que pueden recibir de los sectores conservadores pueden ser fuertes.

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