Una famosa empresa cerró una de sus plantas de manera inesperada y derivó en que más de 200 trabajadores queden en la calle.
La planta, que producía marcas como Huggies, Kimbies, Kotex, Kleenex y Scott, fue clausurada de manera definitiva tras una suspensión temporal por tareas de mantenimiento, informada por la empresa el viernes anterior al cierre. Según el Sindicato de Papeleros, la decisión fue arbitraria y encubierta, y ya se iniciaron medidas gremiales en reclamo por la reapertura o una mejor negociación de las condiciones de salida.
Sin embargo, la empresa no incluyó en el plan ninguna posibilidad de traslado ni reubicación para los trabajadores despedidos. Incluso, la responsable de Recursos Humanos de la planta ubicada en el partido bonaerense de Pilar, Yuliana Ballester, quien firmó los telegramas de despido, también fue desvinculada de la compañía.
Una famosa empresa que fabrica pañales en Argentina cerró sus puertas y despidió a más de 200 trabajadores
Se trata de la multinacional Kimberly-Clark cerró de forma repentina su planta ubicada en el Parque Industrial de Pilar y dejó a 220 trabajadores despedidos. La empresa comunicó la medida mediante telegramas enviados, sin realizar un anuncio previo ni ofrecer alternativas de reubicación laboral.
Agencia Comunas
Puertas adentro justificaron el cierre en el marco de una “estrategia de optimización y crecimiento sostenible”. En ese sentido, informó que la producción será trasladada a la planta de San Luis, donde prevé invertir 15 millones de dólares durante los próximos tres años. Allí se enviarán maquinarias y recursos productivos provenientes de Pilar.
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La planta de Pilar era una de las principales en el país para la producción de artículos de higiene femenina y pañales descartables de gama alta. Algunos de esos productos podrían comenzar a importarse desde Brasil, donde Kimberly-Clark mantiene una alianza con la firma Suzano, especializada en celulosa. En el sector advierten que, en San Luis, los costos de fabricación son más elevados en comparación con otras unidades productivas de la firma, incluso frente a las plantas que opera en China.
Desde 2019, Kimberly-Clark viene realizando ajustes similares en América Latina. Cerró su planta de Porto Alegre en Brasil, su establecimiento en Bernal, Argentina, y también cesó operaciones en Chile en 2023. El recorte en Pilar se inscribe en esta misma lógica de concentración productiva y reducción de costos.
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Diego Lijo, referente del Sindicato de Papeleros, afirmó en diálogo con el sitio Mundo Gremial que se está solicitando una audiencia urgente ante el Ministerio de Trabajo. El objetivo es revertir el cierre, aunque reconoció que muchas veces “las decisiones de las multinacionales son hechos consumados”. En caso de no lograr la reapertura, el gremio buscará negociar mejores condiciones en la liquidación de los empleados.
En paralelo, los trabajadores despedidos comenzaron a organizar protestas en el acceso a la planta de Pilar. El conflicto permanece abierto, y se esperan definiciones oficiales durante los próximos días.
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El cierre ocurre en un contexto económico adverso, marcado por una caída del empleo industrial y un aumento sostenido en el precio de los productos esenciales. Según el INDEC, los pañales —producto insignia de Kimberly-Clark— registraron un incremento del 144% en lo que va de 2024, ubicándose entre los diez artículos que más subieron en la canasta básica, por encima del índice de inflación general, que acumuló un 117,8% en el mismo período.
Ámbito.com
La salida de Kimberly-Clark de Pilar no solo deja cientos de familias sin ingresos, sino que también refleja el impacto de las decisiones corporativas globales sobre la economía local y el empleo argentino.
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La historia de Kimberly-Clark en Argentina
La multinacional estadounidense, fabricante de productos de higiene personal y papel tissue, desembarcó en Argentina a comienzos de la década de 1990. En 1994 selló una alianza con Descartables Argentinos S.A., lo que marcó su primera producción local. Rápidamente pasó a formar parte del entramado industrial nacional, integrando la denominada Región Austral, que incluye también a Chile, Paraguay y Uruguay.
Durante la segunda mitad de los años ’90, la compañía inició un fuerte proceso de expansión industrial en el país. En 1997 adquirió la histórica planta de papel de Bernal, con más de un siglo de existencia, y más adelante desarrolló otras dos plantas: una en Pilar, dedicada a la fabricación de pañales para adultos, productos de higiene femenina y papel tissue; y otra en San Luis, especializada en pañales para bebés y apósitos para incontinencia.
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La Nación
A lo largo de las décadas, Kimberly-Clark se consolidó como uno de los actores más importantes del sector, con marcas líderes como Huggies, Kotex, Plenitud, Scott y Kleenex. Hasta 2017, había invertido más de 600 millones de dólares en el país y contaba con una plantilla de más de 1.300 empleados. Entre 1995 y ese mismo año, la empresa generó ventas por 4.300 millones de dólares y exportaciones por 1.160 millones, abasteciendo a mercados de la región.
Sin embargo, a partir de 2018, Kimberly-Clark inició una etapa de reestructuración global que incluyó el cierre de su planta de Bernal, lo que significó el despido de unos 200 trabajadores. A pesar de esta contracción, continuó operando con fuerza en Pilar y San Luis, donde incluso incorporó nuevas líneas de producción destinadas también a la exportación regional.
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Actualmente, la empresa anunció el cierre definitivo de su planta en Pilar, dejando sin empleo a 220 operarios. El hecho generó preocupación sindical y política, marcando un nuevo capítulo en la relación de Kimberly-Clark con la industria argentina.
Con información de Mundo Gremiales e Info Gremiales, editada por un periodista de ADNSUR.