Durante la noche del jueves, Moria Casán fue una de las figuras destacadas en un evento en homenaje a la comunidad LGBTQI+. A la salida del encuentro, varios periodistas la esperaban para obtener sus impresiones. La diva habló sobre su reciente premio en los Martín Fierro de Teatro, su presente actoral y, como era de esperarse, opinó también sobre la coyuntura nacional y la figura de Javier Milei.
La conversación se tensó cuando un notero le preguntó si tenía intenciones de visitar a Cristina Kirchner en caso de que fuera condenada y encarcelada. Moria, con su estilo habitual, fue categórica: “No, no, no. Yo no hablo de política, no hablo del presidente, no hablo de nada”. Sin embargo, enseguida soltó una frase que no pasó desapercibida: “Yo vivo en este país, me adapto, me flexibilizo y creo que tengo para seguir adaptándome siete años más, que es lo que va a durar este gobierno”.
El comentario encendió las alarmas y derivó en una pregunta directa: “¿Creés que Milei va a ser reelecto?”. “Sí, me parece que sí”, respondió, sin vueltas, la actriz de Brujas. Aunque faltan más de dos años para las próximas presidenciales, dejó claro que vislumbra un segundo mandato para el líder de La Libertad Avanza.
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Moria Casán habló de su situación sentimental con Pato Galmarini
Vale recordar que Casán mantiene desde hace casi cuatro años una relación sentimental con Fernando “Pato” Galmarini, dirigente histórico del peronismo, padre de Malena y suegro de Sergio Massa, quien perdió el balotaje ante Milei en 2023.
Aunque en algún momento barajaron la idea de casarse –incluso se habló de una boda en la Bombonera–, ese plan quedó descartado. En una charla con Catalina Dlugi, la actriz de Cuestión de género explicó los motivos: “No podemos. Estamos muy casados ambos, es un rótulo que me la baja”.
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Moria Casán y Pato Galmarini.
Sobre su vínculo con Galmarini, fue contundente: “Estamos bárbaros. A punto de cumplir cuatro años. Es una pareja hermosa. Él es un ser amoroso, con una lealtad admirable. Tiene principios muy fuertes y no abandona a sus amigos. Si uno está enfermo, va al hospital sin dudar. Está en todos lados, acompaña, milita, se junta con curas villeros, sigue activo”.
Y agregó, con admiración: “Con el Pato no hay límites. Si le digo que no tengo ganas de ir a su casa, él viene a la mía. Le digo ‘hacé lo que quieras’ y lo entiende. Es recíproco. A veces le propongo salir y me dice ‘Negra, estoy muerto’. No hay drama. Él es como yo. Es el buen amor, el que no te lastima”.
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