Hace pocas semanas se publicó el informe presentado por la relatora especial Francesca Albanese al Consejo de los Derechos Humanos de la ONU: “De la economía de la ocupación a la economía del genocidio”. El informe analiza y denuncia el entramado económico de empresas e instituciones que lucran y sostienen el genocidio en Gaza. La ocupación israelí se volvió un campo de pruebas ideal tanto para los fabricantes de armas como para los gigantes tecnológicos. Es decir, el exterminio del pueblo palestino tiene sus propios patrocinadores: los intereses corporativos globales. Desde Chevron, hasta Ford, analicemos la economía del genocidio y la rentabilidad de la masacre que desata el Estado de Israel en el territorio.
El genocidio en números
Después de octubre de 2023, un momento en que la demanda, la producción y consumo estaban en caída, la economía de Israel recibió apoyo y fue sostenida por una red internacional de corporaciones. Desde que Israel intensificó su ataque luego del 7 de octubre, la Bolsa de Valores de Tel Aviv aumentó un 213% (es decir, 225.7 mil millones de dólares), por ejemplo.
Los genocidios no son baratos. Si Israel logra financiar su ejército, a pesar de tener enormes déficits presupuestarios, y una caída brutal de sus calificaciones crediticias, es gracias a la ayuda de los gigantes de las finanzas como Barclays y Vanguard, que se ponen a disposición para comprar y respaldar bonos del gobierno israelí.
Militarmente, son más de 1.600 empresas, junto con Lockheed Martin y la italiana Leonardo S.p.A. las que sostienen el programa global de aviones de combate F-35, de los cuales Israel depende para bombardear Gaza. Además, cuentan con proveedores como la FANUC Corporation de Japón que suministra maquinaria para la producción armamentística, o la colaboración también de universidades como el MIT, que equipa drones israelíes con sistemas automatizados. La tecnológica estadounidense IBM capacita al personal militar y de inteligencia, y administra la base de datos central de la Autoridad de Población, Inmigración y Fronteras de Israel (PIBA) que almacena los datos biométricos de los palestinos. Cuando sus propios servicios de nube se sobrecargaron, fueron Google y Amazon los que suministraron al ejército israelí con infraestructura fundamental para continuar el genocidio.
La ocupación israelí es otro gran negocio, los anuncios de Airbnb aumentaron un 152% en las colonias israelíes. Junto con Booking.com ambas empresas maximizan sus ganancias promoviendo los asentamientos ilegales en territorio palestino. Por otro lado, Chevron también se beneficia del asedio ilegal, ya que posee la mayor participación propietaria del yacimiento de gas de Tamar, que suministra a Israel el 70% de su energía ayudando a consolidar la ocupación y colonización israelí, que busca asegurar su control sobre la zona.
Gran oferta y demanda, poca supervisión, cero responsabilidad
Por lo tanto, podemos decir que las entidades corporativas cómplices del genocidio responden a varios sectores: fabricantes de armas, firmas tecnológicas, empresas de construcción, industrias extractivas y de servicios, bancos, fondos de pensiones, aseguradoras, universidades e incluso organizaciones benéficas. Estas entidades hacen posible la ocupación, la anexión, los crímenes del apartheid y el genocidio en Palestina, así como una larga lista de otros crímenes y violaciones de los derechos humanos, desde la discriminación, la hambruna como arma de guerra, el desplazamiento forzado, el saqueo, y hasta ejecuciones. El informe hace un extenso análisis, con nombre y apellido, de cada entidad y su rol en el proyecto sionista, de acuerdo a siete categorías fundamentales: su apoyo militar y armamentístico, su contribución a la ocupación y expansión colonialista, la explotación y control de los bienes comunes en territorio palestino, el acceso a los alimentos y su producción, el desarrollo de asentamientos con fines turísticos, la producción del conocimiento y el financiamiento para que todo esto sea posible.
Si bien según Albanese las entidades nombradas en el informe constituyen solo una fracción de una estructura mucho más profunda de participación empresarial y lucrativa en el territorio palestino ocupado, las siguientes entidades cumplen un rol decisivo en la continuación del genocidio en Gaza:
Apoyo militar y armamentístico:
- Lockheed Martin: junto con otras 1.600 empresas dirige el mayor programa de adquisición de defensa de la historia para el avión de combate F-35, del cual Israel se beneficia.
- Leonardo S.p.A: fabricante de componentes y piezas que contribuyen a la flota israelí de F-35.
- Elbit Systems e IAI: desarrollan y suministran los drones con los que el ejército israelí vigila a los palestinos y recoge evidencia.
- FANUC Corporation: proporciona maquinaria robótica para líneas de producción de armas.
- A.P. Moller-Maerks: transporta piezas, armas y materias primas, sosteniendo un flujo constante de equipo militar suministrado por los EE.UU. después de octubre de 2023.
- NSO Group: su software espía Pegasus, diseñado para la vigilancia encubierta de teléfonos inteligentes, se ha utilizado contra activistas palestinos y licenciado a nivel mundial para dirigirse a líderes, periodistas y defensores de los derechos humanos.
- IBM: ha operado en Israel desde 1972, entrenando al personal militar y de inteligencia. También opera y actualiza la base de datos central de la Autoridad de Población, Inmigración y Fronteras (PIBA).
- Hewlett Packard Enterprises (HPE): antes de IBM, mantuvo esa base de datos y su filial israelí todavía proporciona servidores durante la transición. Desde que HP-s 2015 se dividió en HPE y HP Inc., han ocultado aún más el rol de sus siete subsidiarias israelíes restantes.
- Microsoft: sus tecnologías están integradas en el servicio penitenciario, la policía, las universidades y las escuelas, incluso en las colonias. Es decir, integra sus sistemas y tecnología civil a través del ejército israelí.
- Alphabet Inc (Google) y Amazon.com Inc: gracias al Project Nimbus, proporcionan infraestructura tecnológica básica para el almacenamiento de datos.
- Palantir Technology Inc: proporciona tecnología preventiva automática, infraestructura de defensa básica y despliegue rápido y ampliado de software militar, y su Plataforma de Inteligencia Artificial, que permite la integración de datos en tiempo real para la toma de decisiones automatizada.
Ocupación y expansión colonialista:
- Caterpillar Inc: proporciona a Israel el equipo que se utiliza para demoler viviendas e infraestructura palestina.
- RADA Electronic Industries: colabora en el desarrollo de la topadora de Caterpillar-s D9 con armamento central automatizado y remanente del ejército israelí desplegado en casi todas las actividades militares desde el año 2000, limpiando las líneas de incursión, neutralizando el territorio, incluyendo viviendas, mezquitas e infraestructura, asaltos a hospitales y aplastamiento de los palestinos.
- Ford: suministra camionetas comerciales blindadas y adaptadas para el ejército israelí por AM General, Oshkosh y Plasan.
- Hyundai, Doosan y Volvo: cada uno de ellos suministra equipos a través de concesionarias israelíes con licencia exclusiva para la destrucción de propiedades palestinas.
- Merkavim Transport Pty Ltd: produce autobuses blindados de servicio.
- Heidelberg Materials AG: ha contribuido a saquear millones de toneladas de dolomita de la cantera de Nahal Raba en terrenos tomados de aldeas palestinas en Cisjordania. Cuenta con licitación pública para suministrar materiales de esa cantera para la construcción de colonias… desde entonces casi ha agotado la cantera.
- Construcciones y Auxiliar de Ferrocarriles, S.A.: mantiene y amplía la línea ferroviaria ligera de Jerusalén y construye la nueva Línea Verde en un momento en el que otras compañías se habían retirado debido a la presión internacional.
- Keller Williams Realty LLC: las compañías inmobiliarias venden propiedades en colonias a compradores israelíes e internacionales. Keller Williams incluso realizó una gira inmobiliaria en los EE.UU. y Canadá, co-patrocinada por varias empresas que desarrollan y comercializan miles de edificios en las colonias.
Control de los bienes comunes:
- Mekorot: la empresa israelí tiene el monopolio del agua en el territorio palestino ocupado. Durante al menos los primeros seis meses después de octubre de 2023, Mekorot redujo la capacidad de los acueductos de Gaza a un 22%, dejando a zonas enteras sin agua, utilizándose como arma.
- Drummond Company Inc., Swiss Glencore plc y Glencore: son los principales proveedores de carbón para la electricidad a Israel.
- Chevron Corporation en consorcio con NewMedEnergy (filial de Delek Group): suministra más del 70% del consumo de gas natural nacional israelí. Chevron se beneficia particularmente de su propiedad parcial del gasoducto del Gas del Mediterráneo Oriental (EMG), que pasa por el territorio marítimo palestino y de las ventas de exportación gas a Egipto y Jordania.
- British BP pcl: cuenta con licencias de exploración que permiten a BP explorar extensiones marítimas palestinas explotadas ilegalmente por Israel.
- Petrobras: complementa el envío de crudo a Israel y suministra combustible para aviones militares.
- Ashdod Refinery: proporciona combustible a reacción a la Fuerza Aérea israelí que opera en Gaza.
Alimentos y agronegocio:
- China Bright Dairy & Food Co. Ltd: ayudan a obtener productos de estas colonias y luego explotar el mercado palestino. Después de la destrucción de 43 millones de dólares de la industria láctea de Gaza en 2014 este conglomerado absorbió la pérdida del mercado en Gaza.
- Netafim: la empresa líder mundial en tecnología de riego por goteo ha permitido la explotación intensiva del agua y la tierra en Cisjordania.
Turismo de ocupación:
- Reservas Holdings Inc., Airbnb, Inc y Booking: permiten la publicación de propiedades y habitaciones de hotel en colonias israelíes. Están vinculadas a la restricción del acceso de los palestinos a la tierra y ponen en peligro aldeas cercanas.
Financiamiento:
- BNP Paribas y Barclays: intervinieron para impulsar la confianza del mercado al suscribir bonos del tesoro internacional y nacional, permitiendo a Israel contener la prima de tasas de interés a pesar de una rebaja del crédito.
- Las firmas de gestión de activos, incluyen a Blackrock (68 millones de dólares), Vanguard (546 millones de dólares) y la filial de gestión activos de Allianz’s PIMCO ($960 millones). Estas entidades financieras canalizan miles de millones de dólares en bonos de tesorería y empresas directamente involucradas en la ocupación y el genocidio de Israel.
- Allianz y AXA: son compañías de seguros globales que invierten grandes sumas en acciones y bonos implicados en la ocupación y genocidio, en parte como reservas de capital para reclamos de los tomadores de pólizas y requisitos regulatorios, pero principalmente para generar rendimientos.
- Fondo de Pensiones del Gobierno de Noruega Global (GPFG): aumentó su inversión en empresas israelíes en un 32% a 1.900 millones de dólares. A finales de 2024, el GPFG tenía 121.5 mil millones de dólares, 6.9% de su valor total.
- La Caisse de Dépát et Placement du Québec: tiene casi 6.67 mil millones de dólares invertidos en las empresas nombradas en el informe. En 2023-2024, casi triplicó la inversión en Lockheed Martin, cuadruplicó la inversión en Caterpillar y aumentó 10 veces la inversión en HD Hyundai.
- Fondo Nacional Judío (KKL-JNF): y sus más de 20 afiliados financian la expansión de colonos y proyectos vinculados a militares.
- Israel Gives: plataformas como estas han permitido el crowdfunding deducible de impuestos en 32 países para unidades militares y colonos israelíes.
- Amigos Cristianos de las Comunidades Israelíes, con sede en Estados Unidos, cristianos holandeses para Israel y afiliados globales, enviaron más de $12.25 millones en 2023 a varios proyectos que apoyan colonias, incluyendo algunas que entrenan colonos extremistas.
Producción de conocimiento:
- Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT): contribuye en desarrollar sistemas automatizados de armas y drones con capacidad de volar en formación de enjambres.
- Horizon Europa de la Comisión Europea: facilita activamente la colaboración con las instituciones israelíes.
- Universidad Técnica de Múnich (TUM): recibe 218 millones de dólares en fondos de Horizon Europa, incluyendo 12,6 millones de dólares para 22 colaboraciones con socios israelíes, empresas militares y tecnológicas.
- Muchas universidades han mantenido lazos con Israel a pesar de la escalada posterior a octubre de 2023. Uno de los muchos ejemplos británicos, es la Universidad de Edimburgo posee casi 31,72 millones de dólares en cuatro gigantes tecnológicos de Alphabet, Amazon, Microsoft e IBM, central para el aparato de vigilancia de Israel y la actual destrucción de Gaza.
La punta del iceberg
El informe nos confirma una de las principales razones por la cual el genocidio en Gaza continúa: es rentable para muchos. No solo desnuda la magnitud de los crímenes que comete el Estado de Israel: deja en evidencia que el genocidio en Gaza es un proyecto político y económico, sostenido por una red de intereses globales que lucran con la masacre. Las bombas, los drones, los desalojos, el hambre y la vigilancia masiva no podrían sostenerse sin bancos, universidades, tecnológicas y gobiernos que aportan los fondos, el equipamiento, el conocimiento y la legitimidad. El genocidio es rentable, y por eso se perpetúa.
Esta catástrofe humanitaria disfrazada de autodefensa por parte del estado sionista responde a los intereses del imperialismo estadounidense de controlar y expandirse en toda la región. Por eso sus empresas y aliadas financian el ejército israelí y su proyecto colonial mientras se llevan además una porción de ganancias extraordinarias a costa del sometimiento sangriento del pueblo palestino.
Para derrotar al gendarme de medio oriente no bastará con apelar a la “comunidad internacional” ni con campañas de responsabilidad ética empresarial: es necesario redoblar la movilización y construir una alternativa política revolucionaria en todo Medio Oriente, que una la lucha contra el sionismo con la lucha contra las burguesías árabes cómplices y el imperialismo que las sostiene. Como advierte la relatora especial Francesca Albanese en su informe:
“El genocidio no se comete solo con bombas, sino también con contratos, fondos, algoritmos, mapas y documentos. Desmantelar las redes de complicidad económica e institucional es clave para poner fin a esta maquinaria de muerte.”
Porque mientras Gaza sangra, hay quienes se enriquecen. Y frente a esa injusticia, el único camino es la organización revolucionaria y la acción internacionalista para liberar a Palestina desde el río hasta el mar.
Por Ariana Del Zotto