El panorama de las telecomunicaciones en la Argentina se encuentra en un punto de inflexión. El reciente anuncio de un plan estatal ambicioso, con una inversión inicial de 60.000 millones de pesos, destinado a desplegar una red mayorista neutral, reconfiguró las dinámicas del transporte de datos en el país.
Esta iniciativa, impulsada por el Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom), no solo busca modernizar la infraestructura existente, sino que también pretende ampliar el acceso a la conectividad digital y catalizar el despliegue de la tecnología de telefonía móvil de quinta generación (5G).
Ante este escenario, empresas claves del sector, como Cirion y Silica Networks, están acelerando y ajustando sus estrategias para posicionarse en este negocio crucial, anticipando las oportunidades y desafíos que se avecinan.
La infraestructura mayorista: el nuevo campo de competencia para 5G
La infraestructura mayorista de telecomunicaciones emergió como el epicentro de la competencia por el despliegue de 5G en la Argentina. Mientras el Gobierno nacional, a través del Enacom, promueve una red compartida con el objetivo primordial de reducir la brecha digital, los operadores privados no se quedan atrás y están intensificando su expansión territorial y sus inversiones en infraestructura propia.
El transporte de datos, que ya representa un costo que puede superar los 1.000 dólares por cliente conectado, se perfila como un factor decisivo para la conectividad digital y el desarrollo económico del país.
El plan gubernamental, anunciado en julio y financiado por el Fondo de Servicio Universal (FSU), tiene múltiples objetivos. En primer lugar, busca una modernización integral de la infraestructura de fibra óptica existente, que en muchas regiones aún presenta deficiencias. En segundo lugar, y de manera crucial, pretende reducir la brecha digital, asegurando que comunidades rurales y áreas desatendidas tengan acceso a servicios de banda ancha de calidad.
El plan facilita el acceso a cooperativas, pequeñas y medianas empresas (pymes) y proveedores de servicios de Internet (ISP, sigla en inglés) pequeños, promoviendo la competencia y la diversidad en el mercado.
Este proyecto prioriza la creación de redes interconectadas que se integren de manera eficiente con la Red Federal de Fibra Óptica (Refefo), y propone un modelo de infraestructura compartida que tiene el potencial de alterar sustancialmente el equilibrio competitivo tradicional entre los grandes operadores y los actores más pequeños.
El potencial del negocio mayorista de telecomunicaciones en Argentina
Las proyecciones del mercado argentino de telecomunicaciones son prometedoras. Según Mordor Intelligence, se espera un crecimiento a una tasa compuesta anual (CAGR) del 8,5% entre 2025 y 2030. Este crecimiento estará impulsado por la creciente adopción del 5G, la expansión continua de la fibra óptica a hogares y empresas, y la digitalización acelerada de diversos servicios en todos los sectores de la economía.
Aunque no existen cifras públicas específicas que desglosen el segmento mayorista de manera aislada, los costos asociados a la infraestructura por sí solos revelan la magnitud y la importancia de este negocio. El despliegue de fibra óptica para soluciones fijas, por ejemplo, oscila entre 600 y 1.000 dólares por cliente, mientras que el backhaul inalámbrico necesario para 5G puede variar entre 100 y 400 dólares por cliente.
En un país con más de 1.000 ISP locales y una demanda creciente de conectividad en los sectores industrial, rural y urbano, el negocio mayorista de telecomunicaciones representa una oportunidad multimillonaria.
Aquellos carriers que logren posicionarse como proveedores de transporte confiable, escalable y con una cobertura federal, estarán en una posición privilegiada para capturar una parte significativa de este mercado en expansión. La clave estará en la capacidad de ofrecer soluciones robustas que soporten las crecientes exigencias de ancho de banda y latencia que impone el 5G y la transformación digital.
Estrategias diferentes en la carrera mayorista
Frente a este escenario de competencia y oportunidades, los principales carriers adoptaron estrategias distintas para asegurar su posición en el negocio mayorista. Cirion, por un lado, se enfoca en desarrollar una arquitectura de red «hub-and-spoke», centrada en la conectividad a sus centros de datos y en la provisión de servicios en la nube. Esta estrategia se complementa con una fuerte presencia en el tráfico internacional, aprovechando su vasta red global.
Silica Networks, por otro lado, optó por una estrategia de control geográfico de rutas clave, priorizando la conectividad en zonas de alto potencial productivo y evitando la saturación de los nodos tradicionales de interconexión. Su enfoque está dirigido a industrias específicas como el petróleo, el gas y la minería, donde la demanda de conectividad de alta capacidad es crítica y constante.
Javier De Mingo, director de Silica Networks, explicó a iProfesional su visión: «Queremos llegar primeros a los polos de crecimiento: (la ciudad neuquina de) Añelo en Vaca Muerta, Punta Colorada (el puerto rionegrino en construcción para exportar petróleo y gas de Vaca Muerta) y el NOA (noroeste argentino) con la minería de litio».
Esta empresa reinvierte cerca del 20% de su ganancia anual en infraestructura, basando su estrategia en la anticipación proactiva de la demanda y en la construcción de una red que sirva directamente a las necesidades de estas industrias.
Este enfoque permite una simbiosis estratégica entre los diferentes proveedores; por ejemplo, las telcos pueden utilizar a Cirion para manejar el tráfico central y de gran volumen, y a Silica Networks para transportar datos a zonas remotas o de difícil acceso. Esta combinación de fortalezas fomenta un ecosistema donde la resiliencia y la redundancia de la red son tan importantes como la velocidad de conexión, garantizando una conectividad robusta y continua.
El futuro del transporte de datos 5G en Argentina: Desafíos y sinergias
El despliegue de 5G en Argentina, iniciado en 2021, se encuentra en una fase intermedia de desarrollo. La cobertura actual se concentra principalmente en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), Córdoba, Santa Fe, Mendoza y Neuquén.
Las proyecciones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) son alentadoras, estimando una penetración del 9% en conexiones móviles 5G para finales de 2025 y un 48% para 2030, lo que subraya la necesidad de una infraestructura de transporte robusta.
Un cambio significativo en el tráfico de datos en la Argentina es que más del 90% se genera localmente, una evolución notable en comparación con el pasado, cuando la dependencia de puntos de interconexión en Miami o San Pablo era predominante.
Aunque el consumo promedio por usuario es de 5 Mbps, los ISP ofrecen planes de hasta 1500 Mbps, lo que evidencia que la infraestructura subyacente debe ser lo suficientemente elástica y capaz de adaptarse a una demanda real que es exponencialmente mayor que el consumo promedio actual.
Luis Valdés, consultor de la CEPAL, enfatizó la importancia de este momento: «El despliegue del 5G es una oportunidad para que Argentina avance hacia una infraestructura digital robusta que soporte no solo mayor velocidad y capacidad, sino también nuevas aplicaciones industriales y de servicios críticos».
La irrupción de la red mayorista neutral del Enacom no solo introduce un nuevo actor de peso en el mercado, sino que redefine las reglas del juego para todos los participantes. Aunque algunos carriers privados puedan percibir la iniciativa estatal como una potencial amenaza o una competencia desleal, el modelo propuesto también abre la puerta a un esquema de colaboración público-privada sin precedentes.
Los carriers privados podrían, de hecho, conectar su infraestructura a la red estatal para extender su alcance a comunidades desatendidas o de baja densidad poblacional, transformando la competencia tradicional en una sinergia estratégica que beneficie a todos los actores y, fundamentalmente, a los usuarios finales.
En última instancia, el éxito de 5G en la Argentina no dependerá únicamente de las operadoras móviles que lograron ganar la subasta del espectro. La clave residirá en la calidad, la capilaridad y la resiliencia de la red de transporte que las sostiene.
La competencia entre los carriers mayoristas —sean estos de capital privado, estatales o bajo un modelo mixto— será decisiva para la capacidad del país de conectar eficazmente sus polos productivos y de consumo, y para consolidar una economía digital inclusiva y competitiva en el escenario global.